Para asegurarse de que no se estuviera metiendo nada, a cada rato iba mi tía a revisar el lugar, a inspeccionarlo y parecía que ya se había hecho bien normal. Por un rato entregaba pizzas en moto y ya no lo tenían que ir a sacar del torito por manejar borracho. Una vez hasta me vino a entregar una a mí y yo ni sabía que trabajaba en eso. Para cuando me quedé estaba entrenando de mecánico entonces la casa siempre olía a aceite.
Yo llegué con mi mochila para unos días y él se veía bien harto de tenerme, de seguro le dijeron "y cuidas a tu primo" y yo le estaba arruinando planes.
No eramos muy cercanos, la verdad, me llevaba bien con mi "tío" Alberto (que era bien molestón pero buen tipo) pero Fernando siempre me decían que ni me acercara. En cuanto llegué se veía muy cambiado, todavía esbelto pero se cortó el pelo que antes lo tenía de metalero. Lo primero que me dijo fue
- ¿Traes los quinientos?
Me habían dado dinero para comida y me decían que se los diera al llegar, parecía más su tarifa para cuidarme. Me puso la mano en la cabeza y me jaló para que entrara sin saludar.
Yo había llegado como a las doce pero se veía que loacababa de despertar, no traía zapatos y venía en unos boxers verdea de esos sueltos y una camisa de los looney tunes. En cuanto entré movió ropa sucia de un sillón a otro para que me pudiera sentar.
- ¿Y qué? ¿Ya comiste?
- Sí, en el puesto afuerita del camión.
- Vale, porque el refri ya no funciona y tendría que prenderle al gas para la estufa. El congelador sí sirve, ¿quieres una paleta?
La verdad ni se veía incómodo, no me quería ahí pero no quería hablar al respecto, mejor me ignoraba y yo lo ignoraba. Luego dedarme la paleta se fue a dormir y me quedé ahí unas horas, de menos tenía algo que leer pero me estaba empezando a dar comezón por todas partes, no le presté mucha atención pero me cambié de lugar en caso de que tuviera chinches. Ya en la tarde salió de su cuarto con unos pantalones pero el boxer hecho bolas por la cintura, me vio rascarme un brazo y me dio un zape
- A ver, ¿no te dijeron de los moscos? Ponte trucha si no te van a comer. Mira - Aplaudió y mató a uno, me lo enseñó - Es temporada de mosquitos, ¿qué no los ves?
- No...
- Pues presta atención. Hasta estás por la ventana, a ver, párate.
Me levantó la camisa y tenía el como cuatro piquetes en el estómago. Estaba fuerte, ni podía detenerlo a pesar de que no era mucho más alto que yo o más grande.
- Híjole... No te vas a poder dormir, estas cosas pican como la chingada. Metete a bañar, ayuda. Voy por comida, no te mates.
Ya una vez que me enseñó los mosquitos los veía por todas partes. Hacia demasiado calor para cerrar las ventanas y de menos eran lentos, pero ya notaba los piquetes por doquier. El agua tibia ayudaba mucho con la comezón, pero sí me habían quedado puntitos rojos por todas partes.
Para cuando salí de la regadera, Fer ya estaba cocinando, se estaba tomando una cerveza de vidrio durante. Pero estaba haciendo algo de pollo y calentando una sopa que le sobraba.
En cuanto salí del baño, vestido pero con el pelo mojado me agarró de la oreja y me jaló. Me tomó la cara y me traté de resistir pero no me dejaba, le preguntaba que staba haciendo pero nada. Ya al final me soltó y tronó la lengua.
- ¿No tenías unos lunares por arriba de la ceja? Me acuerdo que eran como una carita, ¿no eras tú?
- Sí, pero se me quitaron.
- ¿Como que se te quitaron? Son lunares.
- Se me quitaron, tal vezeran otra cosa.
- Ts, ni me enteré que eso se podía. Me acordaba que tenías unos lunares raros, es que ni te pareces. Cambiaste un buen.
- Pues... Yo creo me veo igual pero hace mucho que no nos vemos, ¿te ayudo?
- No, tú siéntate, sólo vas a estorbar
- ¿Por qué te acuerdas de mis lunares? - le pregunte ya sentado.
- Sepa, estaba comprando el pollo y de repente le acordé que tenías eso. Cuando eras más chavo una vez te pinté la cara y me regañaron porque pensaron que te había puesto esos y no se borraban jajaja ni tu papá se había dado cuenta que esos ya los tenías.
- ¿De verdad? No me acuerdo
- Estabas muy chico y te lo hice de broma te dije que la brocha no traía pintura y me creiste. Beto me metió una madriza luego pero yo sabía que esos lunares los tenías de antes. Y ahora resulta que ya no los tienes.
Me acordaba un poco de una vez que mi mamá me estaba lavando la cara muy enojada con alguien. Mientras me bañaba me di cuenta de que había un piquete al centro de la espalda y no alcanzaba, me estaba recargando con la silla pero no me lograba rascar bien.
- ¿Has visto a Alberto? - le dije
- Pues antes de que se mudara. Está viviendo en San Diego, ¿no te enteraste? Se va a casar con una grnga y todo.
Unos meses después iba a ser la boda y fue un día que a ver si luego cuento, estuvo chingón, pero yo me enteré antes que mis papás por Fer de que iba a haberuna boda.
Me volteó a ver y vio que estaba sube y baja en la silla.
- Jajajaja, ¿que te pasa?
- Un pinche piquete en la espalda, no alcanzo... ¿Me rascas?
- Te dije que están bien duros los mosquitos.
Me di la vuelta y fui hasta donde estaba. Le traté de decir en donde me picaba pero se hartó y me subió la camisa para ver. Me rascó un poco pero a traves de la camisa y se sintió genial, me estaba volviendo loco. De repente lo oí dejar algo en la mesa para liberar su otra mano. Antes de que me diera vuelta se me metió todo el calzon en la rayita. Era una trusa azul clarito.
- Arriba esas nachas - se burló.
- ¡Ah, pendejo! - me traté de zafar pero jaló de nuevo.
- ¿Qué es esto? ¿Traes calzon de vieja?
- ¡No!
- ¡Jajaja! ¡Traes calzón de vieja!
La comezón me dejó de importar en cuanto me empezó a hacer calzon chino, me tenía todo apretado allá abajo y se esperaba a que tratara de hablar para jalar más duro. Ni siquiera dolía tanto, pero era más la incomodidad.
- ¿Y te los pones por llamar la atención o te gusta usar de mujer?
- ¡Que no son--- ¡AAAAAAAY! ¡AY! Puto - Me agarró con las dos manos, haciendo bolas de tela de mi trusa en sus puños y levantándome para que me diera un raspón que me dejara en el aire.
- No te oí, ¿qué fue? ¿qué dijiste?
Antes de que pudiera responder, apenas abrí la boca, me hizo lo mismo. Se divertía enrrollando mis chones en sus manos y levantándome. Dejé de responder cuando me preguntaba pero entonces solo me hacia calzon chino hasta que gritaba.
- Te va a arder la cola, primito
Me levantó dejando el resorte hasta su barbilla y yo con el culo colgando en el aire. Me tuve que detener de una silla para no irme de cara pero sólo se quedaba quieto en esa pose. No creo que fue mucho tiempo, pero se sintieron como horas. Y mientras él con lo mismo.
- ¿Ya me vas a decir por qué te gusta usar calzones de vieja?
Y siempre que trataba de responderle que ya me dejara se movia un poco a los lados y se me quedaba bien incrustrada la trusa. Me salió una voz bien aguda y le dije "por favor" y le dio mucha risa, entonce me bajo, pero con las dos manos bien agarradas a los agujeros del calzoncillo. Agarró los dos hoyos con una mano para con al otra tomar de su cerveza, luego de un trago tiró un chorrito directo en mi raya.
- Para que te relajes. Sigues siendo bien dramático. ¿Que no te llevabas con Beto? Ese guey se la pasaba con sus pruebas de hombría, ¿no te acuerdas?
- No - dije, como tratando de sacarme los calzones pero no servia de nada, estaban detenidos como tanga, la cerveza estaba bien fria y ademas se empezó a poner pegajosa entonces raspaba mucho más.
- ¿Qué? ¿Nunca te hizo una prueba de hombría?
- No... Ya me dejas comer
- Jajaja, no, ¿lo dices de chiste? Si me estás mintiendo es mala idea, me voy a entrar y te va a tocar peor.
- No te miento, y déjame
- Ese maldito. Se la pasaba haciendome de sus pruebas cuando era chamaco. Todo bien portadito pero bien que se manchaba cuando podía. Que pena, nalguitas, te voy a hacer una.
Ni me pude resistir, me llevó cerca de la ventana y afuera habian unos chicos muy fornidos que se veia que eran de la cuadra y los saludó, traté de que no se me viera la cara pero me alzó los cachetes para que me vieran la cara y luego me levantó para que vieran mi calzon chino. De seguro se rieron pero ni los oi ni los quise voltear a ver. Luego me puso una mano en el pecho y ya venia venir la chichi prieta por como tenia los dedos.
- A ver, la prueba que mas hacía era que te pellizco la teta y a ver cuanto duras. Yo llegué a durar un minuto. Estas nuevo entonces solo dura veinte segundos, si aguantas sin rendirte ahi se acaba y ya te probaste hombrecito. Si no, pues va otra.
- Fer, no mames!
- Te rindes desde ahorita? Esta es de las más fáciles.
- Pellizcas bien duro, me acuerdo
- ¿Se va a rendir, primo?
Me sonreía bien emocionado, se veía que quería que me rindiera. No me imaginaba a mi tío Beto molestando a nadie pero supongo que alguna vez fue joven como cuando Fer estaba adolescente. Me quedé callado esperando que se incomodara y me dejara ir pero el maldito empezó.
El pellizco me sacó un grito de sorpresa pero apretaba como máquina, como unas pinzas, se sentía muy caliente y me hacía retorcerme. Con la otra mano me agarraba las muñecas para que no interfiriera en lo que me pellizcaba el pezon derecho. Empezó a contar muy lento, ademas me queria desesperar. Y como me lo decía a la oreja porque me tenía agarrado de atrás me incomodaba más. Podía oir sus ganas de que me rindiera por lo calmado que contaba, como si nada.
- Chichi uno... Chichi dos... Chichi tres... Chichi cuatro... Chichi... ¡cinco!
En el cinco la torció hacia un lado y me sacó un grito de niñita, se burlaba de que tenia la cara toda roja del dolor.
- Uy, a cinco? ¿Ya te rindes?
- ¡Sigue contando!
- Chichi seeeeeeis...
Me tenía como juguete, me podia hacer bailar pellozcando ese pezón. Para el doce ya no podía, estaba torciendo, pellizcando y ademas jalando hacia enfrente. Pensé que podía durar un poco más pero soltó mis muñecas y me empezó a pellisñzcar el otro pezón igual de fuerte.
- Ahí muere! Ahí muere! Me rindo!
- ¡Eso! No por nada usas calzones de mujer, casi me convences de que eras macho, casi. Te toca otra prueba.
- No, me valen estas pruebas.
- No es para ti, culo, es para yo saber que tan machín eres. Que te pongas rudo porque te tienen bien malcriado en tu casa. No te voy a hacer las pruebas culeras. Mis papás le decían al Beto que me diera nalgadas cuando me portaba mal y así empezo, con que no llorara en lo que el puto sacaba el cinturón. No te voy a hacer esa. Pero a ver...
Me puso contra el sofá, boca abajo, con una rodilla en mi espalda, todavia ni me habia podido acomodar el calzón. Se subió la camiseta pero para sacar solo un brazo por abajo, se habia quitado una manga y se le veía la mitad del torso y el brazo entero.
- Esta prueba es la de los animales. Estoy pensando en un animal, adivina cual es.
- ¿Qué? ¿Así nada más? ¿Como voy a adivinar? ¿Es de tierra?
De repente sentí cuatro pasadas de mis calzones por mi raja, aplastandome los huevos y haciendo que juntara las piernas.
- Cada pregunta es un calzon chino. Puros intentos de adivinar. Empieza.
- Esto es estúpido.
- ¡Castigo!
Lo dijo riéndose y bajó a mi cara, pero para detenerla en su lugar y ponerme su axila en la cara. Olía terrible y sentía los pelos contra la cara. Tosí y escupí los vellos que me habian quedado en la boca.
- Perro - dije
- ¡Castigo!
Otra vez lo mismo. No tenía información y no podia hacer preguntas. Cada que adivinaba algo no era y me restregaba la axila en la cara. Por mucho que me tratara de zafar, no podía salir. Le costaba trabajo mantenerme ahi pero me tenía bien dominado, de seguro era una llave de esas de lucha. No sé ni cuantas veces adiviné pero el chiste era verme desesperarme más y más a ver si no me rendía. En un punto me quedé callado para poder respirar y limpiarme la cara contra el sofa y también eso hizo que me ganara un castigo. Una y otra vez, él cada vez más alegre en lo que me hacía mi prueba. No iba a adivinar, ya tenía la cara toda roja y ya siempre olía a diablos.
- Me rindo...
- ¿Como fue? - Me puso la axila en la cara ptra vez
- ¡Me rindo, cabrón!
Se sentó en mi espalda a pensar, muy bien agarrado pero logré que perdiera el balance y se cayera al suelo. Se levantó deteniénfome, pero riéndose, nada enojado conmigo.
- Jajaja, mira que si peleas así medio me da la idea de que eres hombre, pero al mismo tiempo te estás ganando la prueba de las nalgadas
- No! No! Esa no!
- ¿Por? Nada más tienes que no llorar y ya, y con el culo que traes de seguro ni te va a doler nada, puro cojincillo. Es más, te doy veinte nalgadas y si te quedas callado ya pasaste la prueba.
- No, ni así
- ¿Ni así, mariquita?
- Nalgadas no.
- Pues no me dejas muchas opciones. No te voy a hacer cerillito porque ese me va a doler más a mí en los nudillos y ya ni para que te reto a fuercitas, estás todo débil. Hay otras pero ya me dio hambre, ya mejor te hago una última y ya. La última te puedes rendir y ya no hay otra, pero quedas como mariquita.
- Ya...
- Beto le decía la prueba del rey calzón, creo, algo así. Aprieta nalgas si no quieres gritar.
Antes de que pudiera reaccionar me levantó del sofá así, directo del culo par arriba por mi calzon que tronó un poco. Él me levantó con un gruñido grave y le respondí con un gritito que me traté de tragar. La cerveza ya me había aumentado el dolor. Yo logré poner los pies en la tierra pero no me habia salvado, resulta que Fer solo estaba viendo para todas partes, buscando. Para dar al jardin habia una puerta de vidrio deslizable que arriba tenía una estatua de motocicleta hecha de puros engranes, la estatua la sostenían dos ganchos/clavos muy pesados a la pared. Ya estaba temiendo algo cuando lo vi que se acordó y sacó una cuerda de esas fosforescentes para colgar la ropa de abajo del lavabo. Le traté de rogar pero ya me estaba haciendo un nudo en el espacio entre los dos hoyos para las piernas. Lo amarró duro y me hizo una tanga muy bien aferrada. Cada que le decía algo solo me respondía "eh, tú eres el que se rindió" y a veces me soltaba zapes cuando me trataba de alejar. Bajó la estatua que se veía bien pesada, me dio la vuelta y puso mi estomago en su hombro para cargarme así. Pasó la cuerda por los dos ganchos mientras me tenía ahí cargado. Se le veían los boxers y los alcancé, le di unos jalones pero sólo se río y ni puso resistencia, sabía que me iba a ir peor. Cuando la cuerda paso por los dos ganchos amarró el otro lado a mi calzon otra vez, entonces la cuerda estaba en triángulo y yo en el punto de abajo.
- ¿Te digo las reglas de esta prueba?
- Sí... - dije, resignado.
Ahí mero me soltó, se fue un paso para atrás y de hecho no caí mucho, me quedé a la altura en que me tenía cargado pero ahora todo mi peso estaba en ese hilito de algodon separandome el trasero y metiendose. Me dolían muchísimo los huevos y no me contuve, sí estuve pataleando en el aire gritando y gruñendo cada que podía. Dolia tanto que ni podia abrir bien los ojos.
- No hay reglas para esta, jejeje, aguanta y espérate a que se te truene el calzón. Se ve que aguanta, entonces hay otra parte. Aqui es caundo ya fallaste dos veces y mejor te cuelgo para que te acuerdes de que no pasaste tus pruebas de hombría. Jajaja, la neta nunca ibas a pasar si sigues usando calzones así.
Se fue a su cuarto. Traté de jalarme de las cuerdas para arriba para que doliera menos, pero no aloviaba mucho y cuand me soltaba entraba con tantita más fuerza. Trataba de todo pero el piso quedaba muy lejos. Fer salió de su cuarto con unos de esos boxers de cuadritos rojo con blanco, de esos sueltos, se veia arrugado.
Me lo puso en la cabeza como corona y se partió de la risa.
- En la madre! Tus calzones son de acero o algo, ni se te estiran jajajaja! Vas a regresar a tu casa caminando bien chistoso, güey.
Con sus boxers en mi cabeza y tratando de esconder mi cara con pena, Fer puso una mano contra la puerta de vidrio. Como yo estaba colgando, estaba muy apoyado contra esa puerta de vidrio. Alejó la mano y me dijo, como antes, saboreando las palabras para dejarme sufrir un poco más.
- El jardín de allá afuera está siempre en sombra, entonces siempre está fresco. Frío, incluso. Este vidrio se pone bien frío. Mejor te enseño, ¿no?
Le deshizo el cierre y el botón a mis pantalones y traté de patearlo pero solo empeoré todo. Me bajó el pantalon y de repente tenia las dos nalgas bien presionadas a un vidrio muy muy frio. Eataba tan frio y yo tan adolorido que se sentia como si estuviera muy caliente. Fer salió con su teléfono y tomó una foto desde el otro lado del cristal.
- Ay, cabrón, tus nalgotas contra el vidrio sí pareces más vieja, con todo y tu tangota. Te eneeño la foto luego y vas a ver que ni pareces tú, jajaja
- ¡Está frío! Duele!
- Si te molesta el frio luego te puedo dar tus nalgaditas para que se calienten. Jeje, me acabo de dar cuenta que es mi casa, entonces puedo hacer lo que se me antoje contigo. Una regla puede ser que te viy a hacer todas las pruebas de hombria que me acuerdo. Jejeje, y eso que hasta estás bien portado, eres re facil de molestar. Jajaja a ver si los moscos te pican en la cola!
Él regresó a la cocina que esyaba ahi cerca en lo que yo colgaba, la cuerda perfecta para mantenerme y mi calzon parecia de hule, no se estaba rompiendo. Pensé que iba a durar mucho pero de repente, como medio minuto después se rompió el calzón casi por completo, se quedo alrededor de una de mis piernas y casi me caigo de cara en el suelo. Ahí sí me vino a ayudar, deshizo los nudos, me dejó subirme el pantalón y se veía preocupado pero mas que nada tratando de no reirse.
- No mames... Me partiste en dos - le dije
- Mi hermano era bien salvaje, ya viste? Qué bueno que lo conociste ya como tu tío responsable y chistoso, porque de amor apache no había nadie peor. ¿De verdad estás bien?
- Pues no, pendejo, me arde el culo!
- JAJAJAJA, buen punto! ¿Te puedes sentar para comer?
- No creo, deja me sobo, no tienes pomada o algo así?
- Así de feo? Hay en el baño.
Me di tiempo de quitarme esos chones arruinados y mejor no me puse otros para que no pudiera seguir. Era incomodo estar en pantalon sin calzoncillo pero era mas libre. Me lavé la cara, me miré los pezones, uno bien rosa. Ya cuando salí del baño ya me había servido comida y me despeinó un poco, amigable.
- ¿Todo en orden?
- Sí... Pero sí arde todavía.
- La neta es que ni estás tan niña. Sí tienes buen aguante para no echarte a llorar y odiarme y ya
- ¿Quién dijo que no te odio?
- Jajaja, pero sí aguantaste vara
- Pues he tenido práctica
- ¿Te molestan mucho?
- Algo, pero es de cuates
- Es que te digo que eres facil de molestar.
Me senté a comer, justo ahí logré matar un mosquito. Fer se fue a la cocina a servirse algo más, cuando me llama la atención.
- Eso sí, aguantas pero ya ponte otros calzones, ya no estás niño, hasta me das pena.
Sonó mi teléfono, me llegó una foto de mi culo super entangado con las nalgas presionadas contra vidrio frio. El azul del calzon se veía mas brillante con el amarillos fosforescente de la cuerdita. Obvio me la acababa de mandar él. Para cuando subí la cara, asqueado un poco por la foto Fer se habia bajado el pantalón y me estaba enseñando el resultado del calzon chino que le alcancé a hacer. Su trasero como de burbuja con tela toda suelta y hecha bolas excepto en la rayita por abajo, en donde se hacia apretada y las nalgas se comian un poco de la tela.
- Lo que sí es que eres pesimo haciendo calzon chino, mejor ni lo intentes.
Durante el resto de esos días no se puso cruel, resultó que ese era de sus pocos días libres porque el resto estuve solo en la casa en lo que él estaba en el taller. Fue suertudo para mi trasero.