No sabría si describirlo como un viaje escolar o un campamento. Cuando estaba en secundaria nos ofrevieron un proyecto de créditos por "servicio social" que podíamos tomar y costaba una fortuna. Más allá de servicio social se sabía que en tu último año a los grupos de tercero se les daba esa posibilidad y era más un viaje de graduación que tenías que pagar. La esvuela nos mandaba a diferentes partes cada vez para oir conferencias e irna reservas ecológicas y por ciertos días ayudar en un albergue. La ayuda que podían dar grupos de veinte adolescentes pubertos a punto de graduarse la verdad no era mucha. En general se sabía que era para quedarse todos en un hotel, tomar cuando los profes no nos veîan y casi siempre había en dónde nadar como el mar o un cenote, los alumnos lo veían más como un viaje turístico y ademas te sentías "grande" porque para muchos era de los pocos viajes que habian tomado sin nadie de su familia. Recuerdo que una chica estaba muy emocionada de que fuera una semana, tan emocionada que ella y sus amigas coordinaban y planeaban desde antes que se iban a poner cada dia ya que no habia que usar uniforme allá. Era divertido escucharlas a media clase discutiendo, se llegaban a enojar mucho por ciertas decisiones.
Cada que pienso en el programa más extraño se me hace. En los dias en los que coleccionaban pagos, podías conseguir un descuento si llevabas ropa vieja para el albergue o comida enlatada sin expirar. Me imagino que parte del dinero iba para los albergues entonces incluso si nosotros no ayudábamos mucho, de menos les pasabamos fondos. Lo extraño era justamente llegar a al escuela y todos cargando canastas de ropa vieja que sacaron de donde podían y cajas enteras de comida enlatada (que probablemente les costaron más dinero que el descuento) para poder ir al viaje.
El año que me tocó a mí fuimos a Yucatán, justamente a los cenotes. Los maestros de biología la tuvieron facil por un rato, dejaron el plan de temas para pedirnos todo tipo de investigaciones de los cenotes. Era llegar a clase, sentarte y ya saber que ahi venía una presentación de flojera que hizo un compañero que solo queria ir a nadar o a besarse con la que le gusta.
Cuando nos fuimos, todos estabamos con maletas, despidiendonos de nuestros papás y muchos tomando pastillas para no marearse en un viaje tan largo. Los maestros nos pidieron que armáramos los cuartos para que fueramos dos o tres personas por cuarto, iban pasando lista de quién iba con quién, no podían ser mixtos pero sí podían ser entre grupos. Yo de hecho no sabía con quién ponerme, tenía un amigo con el que jugaba magic en línea que se llamaba Oscar, era del C y me caía bien cuando chateábamos o hablabmos de vez en cuando, pero no lo encontré a tiempo y hasta a mí se me hizo raro pedurle que compartieramos cuarto. La verdad estaba nervioso y me empezó a llegar la tristeza hasta que Marcos se me acercó a que conpartiera un cuarto con él y David. Creo que ellos se volvieron mucho más cercanos desde hacia tiempo, siempre los veia juntos y yo me fui alejando un poco. Nos saludabamos en recreos y no es como que nso pelearamos o algo, solo me empecé a alejar sin darme cuenta. Eran muy amigables pero yo francamente estaba esperando que nos ibamos a volver a mudar por mi papá, entonces siempre pensaba que iba de salida. Resultó que nos quedamos ahí pero me empecé a acomodar a estar solo y ser el callado del salón por un rato. Todavia no sabiamos si tenia que haber un cuatro de tres o no pero se me acercó Marcos como si fuera lo más obvio y me puso un brazo por encima de los hombros para juntarme a él de lado. Yo supongo que no me resistí mucho, no dije que no, pero más que nada porque se me hacía raro que me preguntaran, no quería incomodar.
Nos anotaron como un cuarto, y nos pusimos a hablar en el autobús. Para dar contexto, Marcos siempre fue de los populares del salón. Desde primero se la pasba jugando tochito con los de tercero y para la segunda semana de clases, apenas ingresado, ya estaba llegando a clases escondiendo que tenía resaca. Voy a ser honesto, nunca he sido bueno para detectar cuando dos personas andan juntas, pero a mi entendimiento había sido "novio" (era secundaria y todos tenían como mil nombres para decir que se gustaban y andaban juntos, por eso las comillas) de casi todas las del salón en algún punto y había drama al respecto con las de otros grupos. David tenía mucho dinero y era bastante cerebrito, no dudo que fueran amigos para nada pero me constaba que a los maestros les enfurecía que se llevaran bien porque David le ayudaba a estudiar o le pasaba tareas y no podían reprobar a Marcos. Los dos me imagino tenían muchas opciones de a quién tomar de tercero por lo que se me hizo bien raro que me eligieran a mí.
La verdad es que no fue incómodo el viaje, hablamos, como que nos presentamos de nuevo, al menos yo. No habíamos hablado pero seguíamos teniendo temas en común. David y yo estábamos sentados juntos y Marcos estaba en lso asientis enfrente, de rodillas para vernos y hablar desde ahí, una compañera oyendo música a su lado. Fueron muchas horas de viaje y para el final ya todo era un chiquero. Estabanos compartiendo comida, todos hablando a la vez, ya nadie obedeciendo el "estar sentados a todo momento". Los de hasta atrás estaban cantando canciones a todo pulmón y riéndose y fajando algunos. El maestro al frente era el de educacion isica y al principio nos regañaba pero luego de detenernos dos veces para ir al baño y comprar algo de tomar en la carretera se rindió, también debía estar harto.
En un momento por hablar tanto se empezó a marear Marcos y se sentó bien, dejanos de hablar. David se puso de lado en su asiento acostándose y sacando las piernas al pasillo, se acostó en mi regazo y luego de un tiempo se quedó dormido ahí, arrullado por las curvas y el ruido blanco de todo ese desorden.
Llegamos de noche y antes de eso Marcos le tomó una foto a David dormido ahí en mis piernas.
- Dormido como angelito - me dijo - ¿No se te entumen las piernas?
- No, está liviano. Como que me quiero acomodar pero lo tendría que mover.
- Que se despierte, que no sea flojo.
- No, jaja, ¿cómo crees?
Marcos pasó su mano por encima de los asientos y le dio un golpe muy pequeño pero que hasta a mí me dolió en los huevos a David. No era fuerte como para que doliera en otra parte, pero directo ahí se despertó con un gruñido y sin aire, retorciéndose un poco en lo que se le pasaba el dolor.
- A despertar, bella durmiente.
- Ahhh.... Ahhhh... Puto culero, no mames - le decía David con voz ronca de estar tanto tiempo así, se escuchaba que era lo habitual, no se le oía tan enojado como yo estaria si me despertaran así.
- Ya, Dave, dicen que ya casi llegamos y de que me ayudas con mis maletas me ayudas con mis maletas. El Bernardo es bien amable y no te quería despertar pero te chingas.
- ¿Ya ves como me trata? - me dijo a mí David, levantándose - Hay que denunciarlo o algo.
No sé si Marcos gastaba una fortuna en su dentista o se le veían mas blancos los dientes porque era más moreno, pero cuando sonreía parecían de marfil sus dientes. David ya usaba lentes de contacto y habia cambiado un poco su "look" desde la última vez que pasamos tiempo juntos, se peinaba bien y traía una de esas camisetas sin mangas y unos shorts de mezclilla, entonces se le veía el vello de las axilas. A esa edad a mí me daba mucha envidia los que tenían barba o vello notable porque yo estaba bastante lampiño. Nos dijeron que iba a hacer calor pero con ela ire acondicionado del autobus todo estaba helado, se le marcaban los pezones, me acuerdo que me tomaba esfuerzo no verselos.
Bajamos al hotel, cansadísimos y subimos a un cuarto que nos dieron cargando nuestras maletas. Era la primera noche así que las cosas no se iban a poner demasiado locas. Nos dieron de cenar, nos dijeron que a las siete de la mañana nos iban a despertar y que los maestros estaban entre los cuartos revisando que no nos pasaramos a otros. Era mentira que estaban de guardias pero estabamos todos tan cansados que ni lo cuestionamos. El hotel tenía una alberca bastante grande y tenía muchos pisos, pero de afuera no se vía lujoso, estaba casi vacio porque era temporada baja.
El cuarto era cómodo pero bastante pequeño. Había yo creo 30 centimetros entre una cama y la puerta del baño y un metro entre una cama y la otra. Sólo había dos camas. Tecnicamente cabia mas de una persona en cada una, pero no realmente, estaba bastante apretado. Dejamos las cosas como pudimos. Había una mesita con dos sillas cerca de una ventana grande que daba a la alberca, un buen ventilador al menos porque sí hacía calor en las noches.
- Ustedes dos comparten - Anunció Marcos, acostado en una cama viendo su celular - Yo me muevo mucho, los voy a tirar si comparto cama.
- Ah, sí, ¡qué fácil! - dije, sarcástico.
- Jajaja ustedes miden como un metro veinte, pinches enanos, caben hasta en una lata de frijoles.
David le aventó unos calcetines pero tampoco se resistió mucho. Él se veía mucho menso cansado que nosotros por obvias razones. Me metí al baño a cambiarme, traía una trusa roja y ya sabía lo que Marcos podía hacer si me veía con eso, no estaba para que se burlara de mí.
En cuanto salí, vi que David se estaba bajando lso shorts y tenía nada mas una trusa blanca bien pegada contra su trasero. De verdad que tenia linda forma, mientras que Marcos era el clásico de burbuja, grandotas, redondas por hacer tanto ejercicio, las de David eran como óvalos bien llenitos que cambiaban de forma cuando se movía, la trusa hasta brillaba de lo blanca que era. Marcos ni siquiera hacía ningún comentario. Yo me había puesto unos pantalones de algodón para dormir.
- ¿Vas a dormir en calzoncillos? - le pregunté, riéndome un poco.
- Es aue hace un chingo de calor, ya sentía que la mezclilla me estaba matando.
- La última vez que te vi usando de esos te hicieron calzon chino...
- Jajajaja, ¡sí es cierto! - Se acordó - Ustedes culeros se fueron contra mí.
- Eh, fue el Edu - dijo Marcos - Fue idea de él y de Bernardo a mí me obligaron.
- Sí, claro! Luego me lo regresaron a mí, patanes! - dije.
- Jajajaja, me acuerdo - dijo David - Traías una tanguita amarilla, ¿no? Te la subí hasta la cabeza
- ¡No era tanga!
- Jajaja, yo sé, yo sé. Sí me sentí feo de haberte dejado así, sentí que te enojaste porque luego ya no nos juntábamos - dijo David.
No sabía bien que decirles de que me haya retraído, ni yo lo entendía muy bien. Pero les aseguré que no fue por eso. Rwcordamos tantito más y luego el tema de eso se volvió del proyecto en sí y la maestra y esas cosas.
- Ah! Y al final ese culero de allá me enseñó que traía trusa en el camión.
- ¡¿Qué?! - dijo David, viendo a Marcos. Marcos sólo cerró un ojo y dio una sonrisa coqueta.
- ¿Y qué, papi? Son cómodas, jejeje...
- Cabrón, siempre te burlas de mí - dijo David.
- Porque se te ven bien ñoñas, a mí en cambio se me ven como de modelo de portada. Bueno, es que antes te veías bien matadito, Dave, ya no tanto. Lo sigues siendo pero ya no se nota mucho.
- ¿Sabes la cantidad de veces que me ha molestado por eso? - Me dijo David.
- ¿Muchas?
- ¡Un chingo! Cada que viene a mi casa se burla.
- Me burlo porque siempre te enojas y se te pone bien roja la cara. Jajaja, como ahorita, pareces manzana - dijo Marcos.
Yo me sentí tentado de bajarle el pantalón, hasta podia estar usando una trusa igualita y no se le notaba, pero sí era algo intimidante acercarse a él. Mi telefono no tenia pila entonces lo conecté para eso me subí a la cama y me acosté boca abajp para checar en lo que los dos se seguian peleando un poco, Marcos confiado y burlón y David tratando de no avergonzarse. De repente Marcos hizo una voz algo exagerada.
- Daaaaaamn! - dijo - ¿Qué vas a hacer con tanta nalga, Berna?
- ¿Qué?
- Estás bien culón, no me acordaba. Ya traías algo de eso antes pero ahorita pues verga, es otra cosa. Se te ven como pintados esos pantalones. Si tienes hambre podemos ver si alguien trae mas comida, nada mas no te comas el pantalón, güey.
En lo que se reía me trató de tomar una foto y traté de cubrirme pero de repente sentí una mano en el trasero. Me agarraba una nalga y la apretaba un poco. Liego hasta la agitó. Era David, de rodillas en la cama y tocándome el trasero como fascinado.
- En la madre, sí están bien suavecitas.
- Jajajaja hasta se te hunde la mano, Dave.
- Ya déjenme, babosos - me reí.
Llegó otra mano, una en cada nalga, apretando y como moldeandolas.
- Se siente bien raro, es que son como colchones... ¿Haces ejercicio, Berna? Nunca te veo moverte en recreos.
- ¿Será de andar sentado a cada rato? - Marcos se levantó de su cama para acercarse a la nuestra.
- No, pues ni hago ejercicio - dije, medio apenado pero un poco halagado.
- ¡Ah! Vienes en bici a la escuela, ¿qué no? - dijo David.
- Sí...
- Uy, la bici da unas pompis bien grandes - dijo Marcos - Es pura pierna, ¿cuanto haces desde tu casa?
- Veinte minutos, creo
- Pues sí, ida y vuelta son cuarenta minutos de pierna todos los días todo el tiempo pues sí tu cuerpo te va a poner almohadas para que te acomode más el asiento - Marcos puso un dedo en mi nalga y como que me picó a ver hasta donde se hundía - Verga, es aue además andas flaco, traes toda la grasa aquí.
- Creo que está más nalgón que tú güey - dijo David.
- Ya quisieras
- No, de verdad, están regrandes - Me las apretaba con cuidado, como si fueran frutas que estuviera viendo si ya estaban maduras.
- Ya dejen, cabrones... - dije, tratando de cubrirme, pero ya estaban hablando entre ellos. Marcos ya tambien me estaba agarrando una nalga.
- Estás pendejo. A ver, apirieta - me dijo a mí.
- No sean pendejos jajaja - dije. Marcos me io una nalgada.
- Aprieta el culo o te vuelvo a escribir que eres un llorón.
Apreté como pude, me estaba empezando a poner rojo de sentir tantas manos pero al mimso tiempo lo causal de como hablaban al respecto era pegajoso, yo también lo empecé a sentir normal y hasta ame empezó a dar curiosidad.
- ¿Ves? Ni se nota, todas blandas, no tienen tanto músculo.
- ¿Cómo no? Se pusieron bien duras.
- Ni madres.
- ¿Y qué tiene que estén blandas? Se siente chingón. Todas suavecitas. Mira - David pasó su otra mano al culo de Marcos y apretó - Las tuyas estan firmes pero pues ni se agitan - Con su otra mano me agitó las nalgas y entre tanto movimiento se me metió algo de la tela del pantalon en la raya, sentí como sacó la tela de ahi con dos dedos - De menos te gana en textura.
- No es lo mismo, yo estoy parado.
- Pues acuéstate, va a ser lo mismo.
- ¿Ah, sí?
Marcos se pasó al otro lado de la cama y se acostó boca abajo como yo, retador. Yo sabía que era competitivo pero no que eso lo llevaba a todo. David se reía un poco de todo, se veía divertido cuando lo mirada por enciamde mi hombro. Me traté de levantar pero no me dejaron, ya se había vuelto un concurso. Le tocó el trasero a Marcos y lo apretó un poco. Luego el mío, comparó.
- Pero no las aprietes.
- No están apretadas.
- ¿Neta? Pues es que están bien duras todavía. Ve, ni siquiera te lo digo yo.
David me agarró una mano y me puso en una nalga mía, sentí la textura de mi trasero y fue extraño, no me solía ticar y ahora que me hacían hacerlo sí lo sentía muy suave y mullido. Luego pasó mi mano al de Marcos, apreté pero aunque era un buen trasero sí estaba más rígido.
- ¿o no? - Me preguntó David.
- Sí, está duro.
- Bueno, pero ¿y qué tiene? - dijo Marcos, retador.
- Pues nada, es puro músculo y por eso más chico que el de Berni. De menos se siente peor.
- Jajaja, ¿gané? - dije.
- No, no, eso es una pendejada, ¿como está más chico?
- Hasta se ve, Marcos.
- Ah, no mames pues claro, él trae pantalones de esos de algodón, so sigo en jeans, pues claro que se va a sentir más duro, es la tela.
- Pues bájatelos - sugerí, de chiste, divertido.
- Bájatelos - dijo David en serio - A ver si en boxer es otra cosa.
- ¡Va! - Se rió pero sonaba serio, se puso de rodillas, se quitó el cinturón y se bajó el pantalón de mezclilla hasta los muslos.
- ¡Jajajaja! - me reí - Ustedes combinan.
Marcos traia unos calzones igualitos a los de David, blancos. Como con sus dientes, se veian hasta mas blancos por como se veian contra su piel. Desde donde estaba sí se le veía colosal al trasero, como que la trusa apenas y lo podia cubrir todo,le sobraba nalga que salia por abajo.
- Cállate, imbécil.
- Jajajajaja, no mames - dijo David, Marcos se acostó de nuevo, hasta le rebotaron las nalgas cuando cayó esa vez - No te voy a tocar la trusa, qué asco.
- Entonces nada mas ve, está mas grande.
- Jajaja, ni siquiera, y pues si se ve mas grande es porque estás mas alto, igual te gana. Verga, todos traemos trusa aquí.
- ¿Cómo? - pregunté, viendo si se me veía.
- Pues se sienten los resortes abajo de la nalga.
- ¿Trae trusa? - dijo Marcos, sonriente - A ver.
Me bajó el pantalon igual hasta en donde estaba él y vieron mi trusa roja y ajustada. Me lo traté de subir pero igual Marcos me dio una nalgada y me los volvió a bajar.
- Compara ahora, güey - dijo Marcos.
- Ay, ya sin nalgadas, cabrón...
- No te lo trates de subir - Me dio otra.
- ¿Soy el único que no trae blanquita?
- Compórtense - David se estaba riendo pero le dio tres nalgadas rápidas a su amigo. Luego igual puso una mano en cada culo y los agitó, si habia diferencia con el de Marcos. Metió sus dedos indice abajo del resorte de las piernas de nuestros calzones, jalo para arriba y lo soltó, sonaron dos golpes del resorte contra la piel. Se agitaron un poco y dijo - Pues a los dos les queda apretado el chon, a ver la talla.
Agarró mi resorte pero no venía nada que lo dijera, les quito las etiquetas porque es incómodo. Tenía las manos frías y sentía sus dedos rozando mi trasero con los dedos. Me daban escalofríos. Marcos se veía mucho más relajado que yo, que seguia algo incómodo, habia algo en su actitud que era más valiente que yo. Las manos se empezaron a sentir calientes o de menos tibias cuando sin querer me tocaba los muslos desnudos en vez del calzón.
- No viene - dijo David - ¿Por qué usas rojos? Parecen de superheroe jajaja, nada mas hay que ponerte una capa.
- Jajaja, o jalaselos hasta el cuello, de seguro parece capa.
- No empiecen... Si empiezan con eso me paro.
Entretenido, David se sentó en mis piernas, sentí el algodón de su trusa contra mis muslos.
- ¿Te paras? ¿Cómo? - me dijo.
- Jajaja, ¿le vas a hacer calzon chino? - presguntó Marcos, haciendo la cabeza de lado con nada de pena por estar eneñando así el trasero.
- No sé, tal vez - respondió - Me la estoy pensando.
- La otra vez le llegó a la cabeza, ¿no? ¿Crees que le llegue a cubrir la cara?
- Jajajaja, qué asco, ¿te imaginas?
Pasó las manos por toda la trusa, dandole jalones chicos nada mas para asustarme y verme tenso, funcionó. Por mucho que no pesara, me tenía inmobil sentado en mis piernas. Me empezaron a dar ñañaras por todas partes, como cosquillas o si me picaran muchos bichos a la vez, como toques electricos incluso. Me dio un tiron en serio pero sin mucha fuerza, los dos se rieron en lo que se me metió la trusa y se vio la parte de abajo de mis nalgas.
- Estás lampiño, Berni... - me dijo David, como si fuera yo un experimento - No tienes pelitos en las nachas, jajaja, o las piernas tampoco que digamos.
- Cállate... - dije, metiendo la cara en una almohada para que no me vieran sornojarme.
- El Marcos es como gorila, de seguro trae pelo hasta en la raya, jejeje. Hasta parece que te las depilas, Berna. ¿Te enojas si me trato de acostar? Parecen almohada.
- ¡Hazlo bien! - dijo Marcos, tomando el resorte de mi calzón y antes de que estuviera por jalar, David lo detuvo.
- No es para que le duela, nada más quería checar.
- ¿Para qué? Ya vimos que le gano yo - Se subió los pantalones hasta medio trasero, seguia enseñando sus trusas blancas con orgullo. Era muy frustrante no poderse burlar de él, no se iba a avergonzar nunca - Está grandecito pero le falta forma. Y fuerza. Eres buen segundo lugar, Berni - Me dio un pellizco y le solté un manazo.
Marcos se levantó de la cama, como si nada, y se regresó a la suya. David se quedó sentado ahí un rato, yo me trataba de zafar pero era tan tenue todo el contecto que se sentía raro, no dolía, no me estaba peleando mucho. Lo sentí tomar el resorte de la cintura y empezarse a reír.
- No, no, ya tengo sueño - dije.
- Yo no. Te hubieras dormido en el camión. Yo te despierto, sin problema.
Era raro que a él le saliera ese lado más bromista o cruel, pero de alguna manera no me sorprendía. Le podia sentir las ganasen los dedos, agarrando toda la tela que podía y haciendola rollo en sus manos. Me traté de quitar de abajo, pero me dio una nalgada.
- Más fuerte, ni la sintió - dijo Marcos, viendo su celular, sin prestarnos mucha atención. Se le veia algo de su trusita blanca, y ya viendolo con eso en mente sí se veia muy culón.
David me agarró de los calzones y empezó a jalar hacia arriba, metiendola toda a jalones y haciendome ponerme duro de las pompas para que no doliera. Ni lo estaba haciendo con todas las ganas, más que nada veia como se metia y se estiraba como si fuera un juguete o el calzón fuera de plastilina. Los dos se burlaban de como se me veia el trasero, y ya con las nalgas desnudas sentí frío, me las cubrí y David no me parecía detener, sí las sentí bien llenitas y suaves. Como ya no habia tela que me cubriera el culo se sentía mucho mas la trusa de algodón sentada en mis piernas, el calorcito de David ahí sentado, moviendose un poco de lado a lado.
Empezó a jalar directo hacia arriba que no dolia atras pero me aplastaba los huevos. Me jalaba directo hacia arriba y luego me soltaba para verlas rebotar.
- Jajaja, verga, ¡parecen de agua cuando se agitan! - Me dio muchas nalgadas seguidas, no muy fuertes pero como si fuera un tambor mis trasero, las dos manos cayendo una después de la otra sin detenerse. Me retorcí y me jaló de la parte más profunda de mi trusa roja, del hilito, me tuve que quedar quieto o dolía más. Con una mano me detenia ahi y con la otra le pegaba de una nalga a otra, rebotando feliz en lo que subia el calor alla atrás. No eran muy fuertes pero eran tan rapidas y tantas que se acumulaba el dolor, de menos me moria de pena.
Me subió el pantalón hasta la cintura y me agarró de los hoyos de los chones para hacer que me parara me tenía como correa, me levanté quejándome del dolor, me di la vuelta y lo empujé a la cama pero no se soltó, entonces solo me dolió en los costados. Entre risas nos peleamos así un ratito, yo tratando de que me soltara y él haciendo lo que podía para no hacerlo. No era demasiado fuerte, entonces si le hacia yo con fuerza le podia hacer algo, perono quería que se resbalara.
- ¡Te voy a levantar! - dijo, tratando de cargarme desde los calzones pero no lo lograba, se me metía hasta dentro del calzoncillo y me sacaba un grito pero ni me ponia de puntitas. Seguía intentando y Marcos se empezó a burlar de él que no podía. David le parecia echar toda su fuerza pero no me podía separar del piso.
- Jajaja, no mames, ¿ni así? No está gordo el Berni - le decía Marcos - Tus pinches bracitos de popote, Dave.
- Cállate, güey, ya casi.
- Ya deja, si me los truenas te mato - le dije.
Lo intentó un par de veces más en lo que forcejeabamos y al final oi que se estaba tronando la tela y me cansé.
- ¡Ya suelta, güey!
Le di un pellizco en el pezón que se le veían. Con su camiseta sin mangas se le notaba algo suelta y vi el pezón rocita ahí abajo. Me atreví, metí los dedos y le di un buen pellizco. De golpe me soltó los calzones y se pasó a cubrirse el pecho pero yo estaba bien agarrado. Con la otra mano me meti al pantalon y me trate de arreglar la tangota que me dejó perlogre bien poquito.
- ¡Ah, mi chichi! ¡Perdón! ¡Perdón! ¡Ahí queda!
- Jajaja, tuércela, luego llora el mariquita - Decía Marcos desde su cama - Le diste al punto debil.
- ¡Sin torcer! ¡Aaah! ¡Berni! ¡Era de chiste!
- Uy, y directo a la piel, ni siquiera está cubierto. Verga, duele de solo ver.
No lo solté, tenía una cara bien linda cuando le dolía. Se le ponia la cara mas y mas roja y siempre sonriendo como para no sentirse tan mal. Los ojos bien cerrados y bien apretados en lo que se hacia tenso y trataba de quitar mi mano. Lo empujé de ahí para que acabara boca arriba, me senté en su estómago.
- ¿Te lo aprieto? ¿Eh? A ver qué tan grande tienes, ¿jugamos? - me burlé, pasando las dos manos.
Se puso tan rojo que pensé que se estaba asfixiando cuando puse mi segunda mano en su pecho. No paraba de reirse y de gritar, entre tanto me rogaba que me quitara, que no por favor y todo eso. Me dio risa verlo así, tan derrotado. Le quería regresar el calzon chino pero tendria que ser pir adelante y sí me sentí mal de intentar eso. Me bajé para acomodarme bien la ropa.
- Los dos están re locos.
- ¿Yo qué? - dijo Marcos - El Dave es bien rarito pero yo namás soy un chingón, ¿de qué hablas?
- Pues andabas ahí comparando trasero.
- No te hagas, se te antoja - Se dio una nalgada, como enseñando el culo.
- ¡Qué asco!
- Pinche envidioso. Jajaja, ya váyanse a dormir culeros, nos van a despertar como a las seis o alguna mamada.
David se levantó, todavía riéndose y se puso una camisa de manga larga del otro lado de la cama, como un sueter. Seguía en su trusa, dándome la espalda. Me queria arriesgar pero sí estaba bien cansado de todo el camino.
Apagamos las luces y nos tratamos de dormir porque justamente oimos los maestros patruyando a ver en qué andaba cada quien, nos vieron ya preparados para dormir y no hubo problema. Al parecer se llevaron a algunos de ellos ya con castigos o decimas menos por llevarse alcohol y estarlo tomando. Eramos de los calmados.
Estaba muy cómoda la cama y nunca habia compartido con nadie desde que era niño. Marcos se durmió porque se le notaba en la respiración, no roncaba sino que reapiraba más lento, más fuerte. Arruyaba un poco escucharlo. De repente oí como David me susurraba.
- ¿Estás despierto?
- Sí...
- ¿Me dejas sentirte el culo?
- Ya duérmete, culero.
- No, jajaja, es en serio. Se siente bien rico y no tengo sueño. Me voy leve, como masaje. Es que sí me quedé con ganas.
- No mames, hasta me diste nalgadas.
- Ya nada. Es más, un agarrón y ya.
Estábamos hablando muy bajito para no despertar al otro, y tal vez por el sueño o porque me lo dijo como si fuera lo más normal del mundo, me di vuelta un poco para darle la espalda aunque estaba a mi lado.
- Uno y ya, sí me quiero dormir.
Me puso la mano, muy lento encima de la carne de allá atrás. Me dio un apretón, la agitó un poco, jugueteó con la tela con los dedos y luego le dije que ya soltara. Se rió un poco y me soltó. No volvió a insistir ni trató lo mismo de nuevo aunque me quedé de lado toda la noche. Me acuerdo de como se le sentía la mano fría. Me dio mucho frío cuando lo hizo, como que no me alcanzaban las cobijas. Me habría gustado quedarme despierto un rato más y seguirle al juego, pero caí como muerto.
Fui el primero en despertarme y me vestí antes de que esos dos pudieran empezar a molestarme otra vez. Marcos estaba boca abajo, medio de lado como si hubiera quedado desmayado o borracho, caido en la cama. Tenia los jeans a media pompa y la trusa blanca estaba bien adentro, le parecía un cachetero. Dejó ahí su teléfono lo agarré y se lo metí de juego entre las nalgas, no para que le doliera solo a ver si se mantenía ahí. Se despertó flojo y se lo quitó, ni me lo reprochó, me murmuró algún "pinche idiota" pero seguía sin abrir los ojos. Empecé a recoger mis cosas de mi cama y David estaba igual, como muerto, abrazado a una almohada. Se veía tan vulnerable que ni le quise hacer nada. Olía muy bien, no como perfume ni nada, pero olía bien como durazno un poco.
Les dije que se despertaran y me ignoraron, traté de prender el ventilador a ver si el ruido los despertaba pero se acostumbraron. Fue hasta que un profe tocó la puerta que se levantaron.
Ese día fuimos a un mirador encima de un monte, de verdad que no me acuerdo qué era el lugar pero tenía una vista fantástica de la ciudad, los pueblitos de alrededor y lejos hasta pedazo del mar. Nos dieron platicas de algo y estuvimos viendo exhibiciones (claro que estaba prestando muchisima atencion porque ya ni me acuerdo de que eran jajaja) pero luego de un rato nos dejaron a explorar solos.
Me puse contra el barandal y llegaron Marcos y David junto a mí. Platicamos un poco pero yo estaba más fascinado con la vista. Nos quedamos callados viendo.
Marcos no dejaba de ver su celular, tomando fotos y sentí en mi mano izquierda como David jugueteaba con mis dedos. Tenía la piel suave, muy bien cuidada. No nos volteamos a ver pero un poco por inercia le fui reapondiendo al contacto. Primero me pasó el pulgar por el contorno entero de mi meñique, como si le diera miedo romperlo o como si fuera de hielo. Se le resbalaban los dedos en lo que en secreto me trataba de dar la mano, viendo que ni lo trataba de parar ni decía nada. Con la vista ahí la verdad es que no estaba nada mal tener la mano de alguien contra la mía. No nos dijimos nada, pero creo que los dos estábamos esperando que el otro se detuviera. No lo podría explicar yo, pero me agarró ese contacto en mis dedos cuando yo estaba perdido en la vista. Como que lo volteaba a ver de reojo pero tampoco me estaba viendo a mí. A mi otro lado Marcos de seguro habría hecho un comentario burlón, y tal vez por eso era en secreto. Me subió la tempratura, sentí el corazón acelerado pero no se me puso la cara roja. Luego de un rato Marcos una chica del C le habló a Marcos para que se uniera a su grupito y nosotros dos lo seguimos. Para ese punto ya teniamos los dedos entrelazados y yo le estaba haciendo un masajito con mi pulgar en uno de sus nudillos. Nos soltamos al mismo tiempo cuando nos separamos para seguirlo. Nos vimo a los ojos, los dos con una mirada de que no queríamos hablar al respecto pero ya nos habíamos entendido. Actuamos como si nada.
Me acuerdo mucho de ese mirador y la pasada que tuvimos pro las exhibiciones con el grupito de las del grupo C, era ya un grupo grande pero ahora sentía mucho más a David, como que siempre estaba a donde yo volteara a ver, como si ocuoara más espacio. De verdad que aunque cerrara mis ojos sabía en donde estaba. Yo me moría de miedo de que estuviera siendo muy obvio viendolo a cada rato, no dejaba de pensar en por qué me empezó a dar la mano y era como si todavía la sintiera ahí. Nadie se dio cuenta de nada, de menso no nos estaban prestando mucha atención.
Más tarde, cuando el sol ya estaba a todo lo que daba, nos subieron al camion otra vez para ir al cenote. Habia mil dramas sobre los trajes de baño de ciertas chicas y que a las maestras no se les hacian apropiados, mil escándalos de gueyes que querían entrar en calzones porque se les habia olvidado un traje, filas y filas para cambiarnos dentro del camión, todos sin voltearnos a ver. Nos teniamos que bañar en unas regaderas antes de poder entrar al cenote. Marcos se separó de nosotros porque creo que una de las chicas que le gustaba estaba teniendo problemas con maestros, no la querian dejar entrar y él quería defenderla. Otra vez, entre todo, nadie nos estaba viendo a David y a mí.
El lugar era precioso, una de esas cuevas de techo abierto en la que entraba luz y el agua más limpia que has visto en tu vida. Estaba tan limpia que pasaba ese efecto visual en el que no parece nada profundo y cuando te metes no alcanzas el fondo. Nos dijeron que no trataramos de bajar hasta el fondo porque podía ser muy peligroso. Todo estaba oscuro e iluminado al mismo tiempo. Habia grupitos de gente de nuestra escuela pero tambien de gente que parece que estaba de vacaciones. Era tenporada baja entonces no habia multitudes, pero sí lo suficiente para irme nadando hasta el otro lado y salir a una cuevita bastante escondida desde donde podía ver el cenote de lejos. No nos pusimos de acuerdo, yo estaba ahí sentado, lejos de todos, viendo el lago con las piernas en el agua, sintiendo el eco de todo el lugar y David llegó nadando, también sin llamar nada la atención.
Se subió a mi lado, su traje de baño corto azul se le veía genial. Verlo salir del agua me pareció que era un modelo. Cambia mucho como ves a alguien cuando sabes que le gustas. El hecho de que él estuviera disponible y tuviera ganas lo volvía mucho más atractivo.
Me acuerdo de cómo sonó el beso cuando el sonido rebotó contra la piedra. Yo estaba sentado y él se puso en cuatro para inclinarse y darme un beso en los labios. Duró poco, me imagino, pero el silencio que vino luego se sintió como años. Nos tomamos de la mano y estuvimos ahí lado a lado viendo a los demás desde esa cuevita. Yo quería otro beso, pero ya no sabía lo que estaba pensando.
No sabía que decir. Él tampoco, me imagino. Poco después nos metimos al agua y nadamos a donde estaban otros.
Las siguientes noches ya no salieron juegos como los de esa primera, compartimos cama y lo más que pasó fue que mos dimos la mano una vez más luego de eso. No sabía si ofenderme o no, pero seguía siendo muy amigable, como antes. Pero hasta ahí. Nunca hablamos al respecto y aunque no acabó mal la cosa, no llegamos a nada. Creo que él ya lo tenía en mente, puede que haya sido idea de él que compartiéramos cuarto. Lo bueno de no hablarlo es que nadie se tenía que enterar y no tuve que meterme en problemas con nadie, pero lo malo es que me quedaron muchas preguntas. El viaje luego de eso no fue muy llamativo, estuvo bien, me divertí, pero nada más. Lo seguí viendo en la escuela y siempre quería preguntar, pero se me hacía ya medio extraño, siempre pensaba "de seguro ya ni se acuerda" o "ya pasó mucho tiempo", y era más cómodo no hablar al respecto, tenerlo como secreto.
A veces me pregunto si él todavía se acuerda. Yo creo que no, se ve ocupado. No estoy seguro de si lo quiero o lo odio por haberme dado las ganas sin que llegara lejos, pero de menos me queda el recuerdo.
Hola, manda watss 614 159 73 65
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